MENSAJE DEL MTRO. SERGIO PABLO MARISCAL ALVARADO, RECTOR DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL SUR DE SONORA (UTS) EN LA INAUGURACIÓN DE LAS JORNADAS ACADÉMICAS DE INGENIERÍA INDUSTRIAL, AERONÁUTICA Y MANTENIMIENTO
MENSAJE DEL MTRO. SERGIO PABLO MARISCAL ALVARADO, RECTOR DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL SUR DE SONORA (UTS) EN LA INAUGURACIÓN DE LAS JORNADAS ACADÉMICAS DE INGENIERÍA INDUSTRIAL, AERONÁUTICA Y MANTENIMIENTO
20 de noviembre de 2024
Auditorio “Lic. Alberto Flores Urbina”.
A través del Mtro. Alberto Luna Bracamontes, distinguido ingeniero y profesor investigador de esta Universidad, y que me honra al aceptar mi representación, he pedido lea este mensaje y un saludo con afecto a cada uno de los presentes y de manera muy especial a la Mtra. Claudia García Madero y a su equipo de Profesores que con su colaboración hacen posible estas Jornadas Académicas de Ingeniería.
También, un saludo muy especial para los representantes de las empresas Yoemed, Sales del Valle, IDMM, Radiall, Matco, Constellations Brands, para quienes tengo un profundo agradecimiento porque desde el nacimiento de la UTS, ustedes no solo se han interesado en que nuestros alumnos reciban la mejor formación; más aún, han contribuido desde sus posibilidades en mejorar los talleres y equipamientos para el aprendizaje de la ingeniería.
Desde luego, mi saludo para alumnas y alumnos de los Programas educativos de ingeniería que se encuentran en este auditorio celebrando las Jornadas Académicas, junto con sus profesores y expositores de las diversas conferencias, talleres y actividades que habrán de llevarse a cabo durante estos tres días.
Nadie puede predecir el futuro, porque no lo conocemos. Pero si podemos imaginar, crear, inventar y planificar acciones que nos permitan dar soluciones de fondo a problemas y necesidades que en el día a día, se presentan a las personas y con ello podemos ir construyendo un futuro mejor.
La ciencia de la ingeniería desde los tiempos antiguos ha colaborado con el hombre en mejorar sus condiciones de vida.
La ingeniería, es inherente a todos los actos de la vida de los individuos y de las comunidades, acciona nuestra existencia, modifica las relaciones entre nosotros, impacta igualmente nuestra comodidad y nuestro ánimo, altera nuestro trabajo, orienta nuestros gustos, afecta para bien o para mal nuestra salud, nos induce al goce o a la frustración, estimula nuestros sentidos o cancela nuestras capacidades sensoriales; todo ello, las más de las veces, sin darnos cuenta para la consideración de todos sus efectos, irremediable ante nuestra ignorancia o trascendiendo nuestra capacidad de observación o de discernimiento.
Si un acto de la ingeniería altera el paisaje, modifica la ecología, sustituye al libro por el internet o suplanta a Mozart, afecta la existencia de todos.
Si un hecho de la tecnología comunica a los hombres, sana sus enfermedades, regenera la tierra, incrementa la producción o da acceso a la cultura; modifica la vida del individuo y de la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, su cotidianidad, su dinamismo en el tiempo y en el espacio, su permanente y silenciosa compañía en todos los actos y cosas de la vida, la convierten en invisible, al igual que el aire que respiramos y que de siempre hacerlo con naturalidad, dejamos de apreciar sus aportaciones a la humanidad.
La ingeniería, no es un área de exclusividad de los ingenieros; es sin duda, un patrimonio de la humanidad, si del universo hablamos, o un patrimonio de la sociedad si la limitamos a una nación; patrimonio que toca administrar a los ingenieros, pero que pertenece a la sociedad toda.
Patrimonio que, por ignorancia, por apatía, por incomprensión, por intereses, por presiones, por inconciencia, en ocasiones se deteriora, se degrada, se pierde, se aniquila.
¿Y qué puede hacer un país, un pueblo, una comunidad; sin ingeniería propia?
¿Qué puede hacer sin Ingeniería, frente a los hechos de la modernidad, entrados ya en el tercer milenio; subidos en el tren de la globalización; enfrentados a una comercialización implacable; en la era de la información y las comunicaciones digitales; de la multimedia y la inteligencia artificial; del diseño por computadora y el comercio electrónico; de los materiales compuestos e inteligentes y la ingeniería genética, de los flujos internacionales de comercio y las empresas multinacionales; de los talleres flexibles y las líneas de producción robotizadas; de las alianzas estratégicas, la preservación del ambiente y los emporios financieros?.
¿Qué puede hacer un pueblo sin ingeniería propia?
Como dije al principio de este mensaje; podemos imaginar, crear, inventar y planificar acciones que nos permitan dar soluciones de fondo y largo plazo, a problemas y necesidades que en el día a día se presentan a las personas, a las organizaciones y a las comunidades y con ello mejorar sus condiciones de vida.
A nosotros en UTS nos toca lograr un mayor apoyo a la calidad de la educación superior que se imparte en nuestras aulas. Que, por otra parte, continúa padeciendo, salvo contadas excepciones, la imposibilidad de romper procesos rígidos, restricciones administrativas, insuficiencias presupuestales, y endurecimiento de estructuras académicas.
Debemos seguir insistiendo en una revolución en la enseñanza de la ingeniería, para atender las necesidades de un futuro que tiene tantas dimensiones como dificultades, pero que debemos nosotros diseñar, atender y lograr, en beneficio nuestro.
Debemos impulsar la enseñanza de la ingeniería y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, hacia una superación cualitativa. Una enseñanza hacia la calidad profesional a partir de la calidad de la enseñanza de la profesión.
Una enseñanza presente con visión de futuro, porque en él ejercerán los profesionales que se forman hoy. Somos ingenieros enamorados de una profesión extraordinaria, pero somos antes y sobre todo mexicanos sonorenses, apasionados por su Patria.
Un abrazo con respeto y afecto para todos.